Los padres escuchan muchas cosas durante el curso de vida de sus hijos.

 

"!Felicidades es un varón!"

 

"No te preocupes, El saldrá de eso".

 

"¿Cómo es posible que ella me hiciera eso?. Se supone que era mi mejor amiga."

 

"Seis semanas con el yeso , y se le olvidará que estuvo quebrado".

 

"Papi me siento tan nerviosa por el exámen de álgebra".

 

"Mamá estamos teniendo problemas financieros?"

 

"¡Vas a hacer abuela!"

 

Con cada llamada telefónica, con cada carta y cada proclamación, se evocan un tumulto de pensamientos y emociones que solo los padres pueden comprender.

Pero no importa lo que puedas temer escuchar de tus hijos, o acerca de ellos, tu primera reacción debe ser , definitivamente la oración.

 

Ya sea que te sientas gozosa por sus logros académicos o compartiendo con ellos la pena por la perdida de un ser querido; ya sea que estés arreglando el velo de tu hija en el día de la boda, o esperando ansiosamente el resultado de la prueba de embarazo de tu hija soltera, nada puede más variar las circunstancias o infundir el poder del Dios viviente a una situación de la vida, como la oración.

 

A veces, la situación de un hijo está fuera de nuestro alcance. Hoy encontramos muchos libros cómicos, películas y programas de televisión que se han escrito acerca de la impotencia que a menudo sentimos como madres y padres. Seguramente hemos escuchado historias trágicas sobre este tema.

 

Seamos sinceros a veces lo que un niño necesita, los padres no se lo pueden proveer. Tal vez tu mismo te has preguntado ¿Cómo puedo ayudar a mi hija a pasar este momento difícil? ¿Qué dice labiblia acerca de esto?. ¿Cómo puedo perdonar a mi hijo por lo que ha hecho?. Todo esto es suficiente para caer de rodillas!

 

En tiempos como esos, confiesa tu inhabilidad delante de Dios, y acude a la única fuente efectiva

de todo padre- aquella que es la mejor protección en medio de un mundo impredecible: la oreción. Cuando le entregas tu hijo a Dios en oración, Ël es el que toma la situación en sus manos.

 

Nuestro Padre celestial, el Dios todopoderoso, estará siempre al lado de tus hijos. Ël está disponible en cualquier momento y en toda circunstancia. Tú tienes el  derecho a través de Cristo de acercarte a Ël con sinceridad. Como creyente y como padre, se te ha dado el permiso de perdirle, y Ël se ha comprometido a darte lo que tú y tus hijos necesitan, de acuerdo a su perfecta voluntad.

(Espera nuestro próximo artículo).